viernes, mayo 12, 2006

La sencillez de la forma no implica la simplicidad de la experiencia

No, no es una frase mía. Esto lo ha dicho Sol Lewitt, mi gran ídolo conceptual-minimalista.
Si bien su obra ha quedado tradicionalmente ajena al público menos docto en cuestiones artísticas [aunque en NY fue realmente conocido. Los fans de Woody Allen sabrán que es citado en la película Manhattan como ejemplo de la hipocresía cultureta...] en mi habitual esfuerzo por acercar el arte a todos los públicos, voy a relacionarlo con una experiencia casi mística que hoy me ha sucedido, y es que, al fin, me he hecho una tortilla francesa en condiciones!!
Dirán ustedes que para este viaje no hacen falta tantas alforjas. Es muy probable que así sea, pero desde hace años vengo arrastrando una tremenda frustración en lo referente a la versión más gabacha de la clásica tortilla. En todos mis años de estudiante jamás había conseguido una que mereciese la pena. Debo decir que, aunque yo no sea un virtuoso de la cocina, este producto siempre se me ha escapado especialmente, aun siendo uno de mis predilectos.
Si uno se va de tapeo por la [puta] Coruña hay un lugar que merece mencionarse antes que todos los demás, La Bombilla, donde se puede degustar una milanesa con patatas por 0,60€, así como un pincho de tortilla de patatas por este mismo maravilloso precio [es el único lugar que conozco que hizo, como Dios manda, el cambio de pesetas a euros], también podría hablar aquí del 5 Rodas, donde un viejete reparte bistecs y mencía con desgana, siempre escondido en unas grandes gafas de culo de vaso. Pero no, mi mención en este post es para la hamburguesería Zoom, un pequeño local de la calle real [o por ahí cerca] que no destacaría por nada más que por la amabilidad de su dueño-camarero y por los esquisitos bocatas de tortilla francesa mixta, realizados con un suculento pan. Tanta fue mi afición a este producto que llegué al momento máximo de simbiosis entre camarero y cliente, ese en el que te sientas y no te preguntan nada, simplemente, te sirve lo que estás deseando.
Y sí, claro que quería lo de siempre, sobre todo cuando en casa ya ni me atrevía a encarar los huevos para nada más que para hacerlos fritos, cocidos o, a lo sumo, en un revuelto. Pero hoy mi vida ha cambiado de golpe y plumazo. He abierto la nevera y he visto una pareja. Era el momento. Yo sólo, hombre y huevos. No quería sorpresas, así que decidí vistar la página de Arguiñano, pero nada, demasiado breve [simple]. Yo quería saberlo todo: cantidad de aceite, cómo se le da la vuelta, cómo se echa el relleno [en caso de haberlo], etc. Y buscando en google encontré un artículo que trataba con el respeto como se merece a la tortilla franchute.
Y ahí volví a enfrentarme a ellos, a ese par de huevos. Lo primero que hice es lo que indicaba este post, dividirlos en clara y yema. Después batí ambas partes por separado para luego mezclarlas entre ellas y con unos trozos de choricillo que le diesen una vidilla al conjunto. El aceite tenía que estar caliente. Eché algo más de una cucharada y lo extendí con ayuda de un trozo de papel higiénico. Encendí el fuego y esperé, no puedo decir cuánto [esto ya es intución] y eché la mezcla con pulso firme, habiéndole añadido en el propio plato la sal. Cada poco levantaba un poquillo los laterales para comprobar que todo iba según lo marcado. La doblé sobre sí misma y, en pocos segundos, le di una vueltecita. Yya era mía... La eché en el plato y vualá [como se escriba], una tortilla tan maravillosa que, aunque le hice una foto, desmerecería ponerla aquí [tenía que estar guty pa iluminar ese momento].
Pues esto mismo es lo que debió sentir nuestro amigo Lewitt cuando hizo estos cubos, que espero que os hagan sentir tan dichosos como lo está ahora mi estómago.

P.D.: Presentación de Lola no blog, xa!

5 comentarios:

Chal-lee dijo...

Boas tardes.
Ne miña derradeira visita ás Terras hostís do Norte comento que estiven no mítico "Bombilla".
O que aporta o Sr. Nhotar é totalmente certo.
Cando era estudante na Coru sempre parábamos neste marabilloso garito, e os pinchos estaban por 85 pesetas. É dicir, que dende hai 8 anos só incrementounos 15 pesetas.
Non se pode ser máis grande.
O peor é que na actualidade está completamente cheo de coruñesistas a todas horas, e hai que facer cola para poder chegar á barra e pedir.
Incrible o pincho de chourizo + papa xigante fritida, ou a mega-coqureta, ou tamén o de milanesa + pemento + papa fritida.
Saudos a todos/as.


Chal-lee

aita dijo...

gracias señor piñeiro creia que era el unico que no era capa de realizar una tortilla francesa como dios manda, hoy mismo cenare tortilla francesa

Visi dijo...

O meu problema é coa de patakas, pois sempre me keda descompensada; kizir, ovo, um espacio da hostia, umha patacola, espacio, tres patakolas e assim no seu conjunto tortillil. Assim k a pregunta é obrigada.....cantos ovos por pataca pa umha torti pa duas persoas e um Golfo?? ( sempre se leva a pava da ghala)
PD: acabo de ver o video do neno alemán e é totalmente incrible, se é ke é certo.Rebullón xa!!
Por momentos eskaralleime pero é bastante patétiko se o pensas. Agur

Lalo dijo...

Decir que, tras años de experiencia, que soy un auténtico especialista de la tortilla francesa y les invito a disfrutar un jugoso bocata cuando lo deseen

Nahuel dijo...

La frase es de Robert Morris, no de SL.