Anteayer, mientras escuchaba las noticias, me planteaba cuándo abandonaría el PP este discurso alarmista de desvertebración de España y anulación del gobierno por ETA. Suponía que cuando estuviese claro que el estatut no supone la ruptura del Estado, y el final de ETA sea una tranqiula evidencia, el partido de Rajoy se quedaría sin discurso. Pero ayer por la tarde pensé que quizás esto de igual, la política agresiva del PP tiene como única estrategia, plantar semillas de rencor y de violencia.
Desde la marcha de Aznar, por fin, se puede hablar del tema vasco profundizando en los matices que esta realidad exige. Pero al PP no le interesan esos matices, prefiere el batiburrillo en el que ETA, 11-m, estatut, zpatero, etc. sean parte de lo mismo, en una política de descarada desinformación que bascula peligrosamente a la derecha.
Ayer, por primera vez desde que estoy en Madrid vi falangistas, con sus banderitas, bigotitos, insignias de España, etc. Venían de la manifestación de las víctimas del terrorismo. Y lo cierto es que la oposición de Rajoy y los suyos está plantando ese germen de la división que tanto le interesa, una política de blanco y negro en el que se simplifica todo hasta el extremo. Un caldo de cultivo ideal para que chavales sin puta capacidad reflexiva pasen a creer determinadas cosas obcecados por las únicas ganas de protestar y canalizar su violencia.
El tema del nacionalismo (no español) aquí es un tema tabú. No todo el mundo, por supuesto, pero sí que la mayoría de la clase media no distingue entre lo que es derecha nacionalista española e independentismo de las naciones del estado (con tendencias de izquierdas). De este modo, tampoco entienden que alguien quiera dejar de ser español. España, como aquí se ve, se estudia, se habla es algo tan natural como que la tierra es redonda y la leche blanca. Los sentimientos regionales son unas arenas movedizas que para un gallego o un catalán no exigen demasiada explicación, pero aquí no conciben más que como algún tipo de enfermedad. En varios cotnextos en los que ha salido este tema y he dicho lo que pienso de un modo comedido, el tema se da por zanjado y un breve silencio da paso a otro asunto, como si nada hubiese pasado.
Volviendo para casa, ayer por la noche, cogí de un parabrisas una octavilla que censuraba la política de Zapatero por ir en contra de la paz, defendiendo la constitución como la garantía de LA ÚNICA PAZ Y ESTABILIDAD ADMISIBLES. Esta es la amenaza de la derecha, la misma que la de EE.UU., ellos son los que admiten. No es que ellos entren en gerra, sino que luchan por la libertad y LA PAZ, la única paz ADMISIBLE.
Como digo, esta semilla en Madrid está brotando, y lo que más me duele es que, otra vez más, el fascismo español tenga apellido gallego. Ayer, por primera vez, tuve ganas de no estar aquí.