miércoles, marzo 25, 2009

Cuando Citroën era glamour...

Siguiendo el hilo de la pasión por lo retro, en los últimos años, han surgido diferentes adaptaciones de coches clásicos como el famoso Mini (1959) en la nueva versión de BMW, el mítico Beetle (1938) de Volkswagen o el popular 500 de Fiat (1957). Si un modelo se echa en falta en esta lista es el 2 CV de Citroën, un vehículo que aparece en 1948 y que, como todos los citados, sorprenden a todos por su estética original y por resolver ecuaciones fundamentales que le permitirán adentrarse en las incipientes economías de escala derivadas de la producción en serie.

La razón por la que Citroën no ha lanzado un modelo replicante del 2 CV quizás esté relacionada con la política reciente de la marca y su orientación hacia un tipo de mercados muy sensibles al precio y con unas preferencias estéticas, como mínimo, dudosas. Pero con la situación económica actual la empresa (ahora PSA Peugeot-Citroën) ve la necesidad de competir también en un sentido más estético o emocional. El cambio de imagen (nuevo logo) y los primeros prototipos que retoman las siglas DS, apuntan por un replanteamiento del diseño de los modelos con el fin de adaptarse a un nuevo contexto en el que las clases medias no seguirán cambiando de coche con la frecuencia que se cambia de teléfono móvil.

Aunque la valoración que puedo hacer de estos nuevos prototipos es bastante negativa, me gustaría recordar algunos de los legendarios modelos que han convertido a Citroën en una referencia fundamental cuando hablamos de diseño industrial en las décadas de los 50 y 60.

Siguiendo la estela del diseño de los modelos de Panhard (marca absorbida por Citroën), en los años 50 surgen dos modelos que marcan la diferencia entre Citroën y una amalgama de empresas que compiten en un mercado que tiende a la concentración. Se trata del citado 2 CV y el DS. Dos vehículos que combinan una verdadera revolución técnica y estética.

El carácter francés de la marca se muestra en estos dos vehículos paradigmáticos que todavía hoy siguen batiendo récords. Mientras que el 2 CV es la apuesta por un modelo popular, el DS está orientado a hombres de negocios de clase alta.

Además de las numerosas aventuras que vivió el 2 CV (alguna se pueden ver en YouTube) y de las más de cinco millones de unidades fabricadas, impresiona también la tremenda atracción que despertó el DS (Tiburón) para una sociedad sedienta de glamour. Desde Marcello Mastroianni hasta Alain Delone se montaron en este automóvil diseñado por Flaminio Bertoni que ahora alcanza cifras astronómicas (hasta 344.850 €).

Con estos dos modelos Citroën vive una época dorada manteniendo el DS hasta los años 70 y el 2 CV hasta 1990 (52 años). Es también en los 50 cuando irrumpe una adaptación comercial del 2 CV que arrasaría con los modelos de usos similares y que sería el precursor de la furgoneta C15, éxito en ventas y apoteosis del pragmatismo feísta de la marca en su posterior época ochentera y noventera.

Los 70 son una década de transición en la que aparecen rarezas destacables como el Citroën Mehari o un modelo menos conocido, fruto de una colaboración con Maserati, que conserva un elegante y deportivo estilo, el SM. Surge el GS, con una gran acogida por el mercado y que logra la gran difusión de la peculiar suspensión hidroneumática (sello de la casa) o el CX al que considero el último modelo elegante de Citroën. Mucho más discreto que el DS (al que sustituye) se trata de un coche con todas las prestaciones que permite la época y que forma parte de la historia de una empresa que en los siguientes años, va cediendo hacia la homogeneidad de diseño que vivimos en la actualidad.

Cuando se observan detenidamente coches como el Mini o el 500 y se comparan con sus versiones actuales, es fácil darse cuenta de que esta paradógica nueva moda por lo retro, se asienta en una idea borrosa de lo que eran las cosas en el pasado. Se quedan en poco más que una evocación. Los elementos de cada uno de estos vehículos (salpicadero, cuadro de mandos, asideras, etc.) guardan una pasión por el detalle que es imposible encontrar en un coche actual. La gran variedad de soluciones que se ofrecen, hoy se resuelven de una forma plana y optimizada hasta tal punto que sólo queda la sensación de que se han perdido demasiadas cosas por el camino. Y esta nueva pasión por el pasado, quizás sea una lánguida protesta ante todo esto. Aunque, quién sabe, puede que dentro de 20 años la primera década del 2000 se ponga de moda y redescubramos lo que ahora mismo tenemos delante de los ojos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece bochornoso que nadie se haya leído este ladrillo. Por lo menos un comentario, por dios!!

jaja!!

Nhotar

Lalo dijo...

Ostias nhotes, más de un mes después me acuerdo de hacer el comentario de este post.

Gran post por cierto, lástima que la mayoría de los lectores de este blog sean unos analfabetos automovilisticos (con todo el respeto, siempre) y no sepan apreciar estos temas.

Decir que el 2CV es un coche valorado ahora. Hace 20 años, el primer coche de mi hermana fue un 22CV que le habían regalado (sí de gratis). Y su segundo coche fue otros 2CV que le costo la friolera de 15000ptas. Lo que vengo a decir que es el tiempo el que dice que módelos pasan a la historia y cuales no. Igual dentro de 20 años el VISA es la ostia y todo el mundo quiere comprarse uno.
Decir también que la apuesta de Citroën por coches con una gran relación calidad-precio ha sido acertada. Ahí están los números, practicamente en todos los años de vida del Xsara ha sido lider de ventas en Espanha.
Lo que está claro que esa política ha hecho que sus coches pierdan encanto.

Espero que no sea demasiado tarde para decir esto.

Un saludo