Tentando baixar do emule umha peli resulta q non a podo ver pq ten este formato e m dín que me faltan uns códex ou algo así...Mí non comprender, mí querer ver película pero mí ser desbordado por avance informático. Mí añorar época de supercineexin.
Esto es una invitación para que os registreis en un sencillo juego de futbol tipo mánager, que ya he probado con otros amigos con mucho éxito, que se caracteriza por su sencillez y por apenas requerir 5 minutos semanales de tiempo su seguimiento. Ya que el Blog está prácticamente muerto, sería una forma interesante y divertida de mantenerse en contacto, el juego tiene un sistema de notas de prensa que da mucha vidilla, y suele generar polémicas lo que a todos nos gusta.
Para entrar sólo teneis que entrar en la Página del juego, http://www.xperteleven.com/, registraros como usuarios ( 2 minutos), y despues buscar (en el menú de la izda. de la página de inicio) la ID de la Liga Patos Vigo, que es 219117. Allí buscais en Miembros a Omardetinez, y me escribís algo para que yo os pueda mandar una invitación.
La liga empezará cuando estemos todos, se jugará un partido a la semana de liga y otro de copa, y la duración será de unos 2 meses por temporada. Si teneis el email de otros exmiembros del patos, o gente relacionada, mandadles esto. Ah, y si alguien a quien blogger le deje postear puede ponerlo en el blog mejor. Animaros, no os arrepentireis!!
Siento ser repetitivo copiando y pegando artículos de El País, pero este creo que es muy interesante y nos toca de cerca:
Los campistas de Ons se rebelan El patronato das Illas Atlánticas defiende la privatización de la acampada, hoy libre
SILVIA R. PONTEVEDRA - Santiago - 10/09/2009
Cuando se enteraron de que el Parque Nacional da Illas Atlánticas pretendía convocar un concurso para privatizar la gestión del cámping de Ons, los usuarios acordaron levantarse en defensa de la acampada libre "pero controlada". Ahora, formalmente constituidos en la Asociación Cultural Acampa en Ons, tienen una web (www.acampaenons.org) y un sello en el que aparece una tienda de campaña con una gaita pintada en la tela. Es una tradición, ésa de venir a Ons con el instrumento, porque en la isla, todo el mundo lo dice, suena mejor la música. Debe de ser cosa del aire que azota una cara del archipiélago y sólo acaricia la otra.
Claro que el viento, en Ons, también invita a la discordia. Los 70 habitantes censados llevan mucho tiempo divididos en dos bandos, personalizados en dos líderes y materializados en un par de restaurantes, el Checho y el Acuña, y otro par de navieras, vinculadas a los bares, que transportan pasajeros a la isla. Todos, a su vez, pero cada cual a su manera, se enfrentan a diario con las trabas que les impone la Administración por eso de que viven en un parque nacional. Pero el simple hecho de ser una isla y de haber agua de por medio también les vale para burlar las decisiones que se toman en Vigo (en la sede del parque) y en Santiago (en la Consellería de Medio Rural, que con Feijóo ha pasado a tener las competencias).
A lo largo y ancho de las 416 hectáreas que mide la isla principal, cualquier excusa alimenta el desencuentro. Y la última es la privatización del cámping, una amenaza que en realidad planea sobre Ons desde hace dos años, cuando la decisión dependía del Ministerio de Medio Ambiente. Un bando en la isla defiende que la acampada libre es un desmadre, porque se juntan ahí "hasta 800 campistas" sin control en una noche. El otro opina que detrás de estas declaraciones se esconde el propósito de algún vecino de hacerse con la gestión del cámping. Pedro Pupas, portavoz oficial de Acampa en Ons, en la misma línea, recuerda que para acampar hace falta un permiso y que el parque nacional sólo da 200 licencias por día. "Otra cosa es que se cuele alguno, como mucho diez, pero eso también pasa en los cámpings privados".
"En Ons", sigue contando, "hay problemas con el botellón, pero nadie puede decir que la culpa sea de la acampada libre, porque en Cíes el cámping es privado y también hay líos y hay botellón". Pupas, que prefiere aparecer con el apodo porque trabaja "para la Administración", asegura que "las broncas que se montan muchas veces son por culpa de los turistas que se alojan en las casas de alquiler". En Ons "hay 50 casas que se alquilan", revela el portavoz de los campistas, a pesar de que es una práctica ilegal, porque "si la casa no es tuya no la puedes alquilar". Los habitantes de Ons, llamados siempre colonos, son, en realidad, usuarios en vida de aquellas casas. Y mientras la propia Xunta se demora en poner en orden las leyes sobre los colonos, el usufructo puede heredarse, pero nunca alquilarse. Cuando el turista le pide una factura por sus días de estancia, algún hostelero que arrenda habitaciones le extiende un recibo por "cinco comidas" porque a ojos de la Administración no alquila nada.
"Soy silencio, soy del viento, soy melodías y gestos / soy de todos, soy de nadie, y así quiero seguir siendo", reivindica un poema de Alfonso Fernández que recibe al visitante en la web de los campistas. "Nosotros no es que no queramos pagar", aclara Pupas. "Al contrario, si dando dos euros contribuimos a solucionar los problemas de la zona de acampada do Chan da Pólvora, que se arreglan con cuatro duros, los daremos encantados". En el recinto hay cinco retretes de ésos que hay que abordar en cuclillas y seis duchas. A falta de otro personal, los limpia el vigilante de recursos naturales puesto en la isla por Tragsa. En la caseta de madera del cámping, este empleado se reparte las tareas de control con los trabajadores del servicio contraincendios. Ninguno de ellos, si hay bulla, tiene potestad para multar o expulsar.
La plataforma se reunió ya con todas las autoridades, las de la Xunta y las del parque, y consiguió arrancar al nuevo director general de Conservación da Naturaleza, Ricardo García Borregón, el compromiso de "estudiar" la regulación de la acampada bajo gestión de la Xunta. Pero unos días después, Fernando Garrido, presidente del patronato das Illas Atlánticas, también recién nombrado, declaraba que "la única manera de que funcionen las cosas es bajo supervisión privada". Los campistas lanzaron entonces un SOS a través de Internet y convocaron una protesta ante la sede del parque en Bouzas hace una semana. Leyó el manifiesto otro campista, el cantante Tonhito de Poi, y cuando a la salida del turno de mañana se les juntaron los trabajadores de Barreras y Citroën, llegaron a ser 185 manifestantes.
SILVIA R. PONTEVEDRA - Santiago - 08/09/2009 para El País
Era gris, marrón y negro y, últimamente, en otoño de 1956, estaba bastante feo porque se le caía el pelo. Lo llamaban Artista, por su maña para colarse dentro de una casa, la de Pepe Hermelo, O Pequeno, y María Domínguez, donde sabía que tenía asegurada la leche porque había niños. La verdadera historia del gato de la canción que popularizó el grupo A Roda acaeció en Vilariño, una localidad de la parroquia de O Hío, en Cangas, que entonces rondaba los cien habitantes y en los últimos años no ha parado de crecer.
La casa en cuestión estaba en el lugar de A Lontreira, y el felino terminó convirtiéndose en una pesadilla para la familia. Había un recién nacido y el animal, en pleno noviembre, descubrió lo caliente que podía dormir en aquella cuna. Hoy, el bebé es un hombre casado que trabaja en la refinería de A Coruña, se llama Chema Hermelo y vuelve junto a su madre, a esa casa donde le tendieron la trampa al gato, siempre que tiene días libres.
Artista empezó entrando por un agujero que había en la puerta, pero cuando se lo taparon siguió colándose por el cristal roto de una ventana. Después, repuesto el cristal, descubrió un acceso por la cubierta, una determinada disposición de las tejas que se llama bufarda y permite que salga el humo de la lareira. El matrimonio cerró también aquel hueco, pero el gato siguió entrando a diario. "Había una vecina aquí que había sido institutriz de Franco en Ferrol", recuerda María Domínguez, "y siempre nos decía que teníamos que zafarnos del animal porque le iba a pegar algo al niño". Nadie sabe precisar si lo que tenía el gato era sarna, tiña o cualquier otra cosa, pero lo que está claro es que "tenía una enfermedad, porque se le caía el pelo", sigue contando el hijo de María.
Así que un buen día O Pequeno consiguió agarrar al gato, lo metió en un saco y se fue a buscar a sus amigos, algunas versiones dicen que a la taberna de José de Sara, con la intención de llevárselo a Terra da Laxe, un lugar a unos ocho kilómetros donde está la playa de Castiñeiras. En realidad, en Cangas este topónimo se pronuncia sin la e final, "Terra da Lax", y así resulta inconfundible, pero los de A Roda lo cantaron siempre como A Laxe. Aquí radica el primero de los equívocos de la tonada: la historia parece desarrollarse en Vigo, porque existe un lugar de A Ribeira que se llama así. El grupo vigués modificó un tanto la letra, y el gato, que en la versión original fue cogido "a tiro" y metido en el saco, en su forma más famosa fue muerto "a tiros", en alusión a un hombre que al parecer mataron en el puerto de Vigo y que se apodaba O Gato.
Lo que sí coincide con la versión primigenia, escrita por otro de Vilariño, Manuel da Ponte, es lo de que fueron cuatro vecinos los que se llevaron el gato en el saco. "Os mellores deste barrio" eran, además de José O Pequeno, Pepe Pichita, Lito Charrúa y Fin. Pero sucedió que era el tiempo en el que se abren los barriles, y los amigos, una vez suelto el gato vivo en Castiñeiras, decidieron ir a probar el vino nuevo siguiendo la ruta de los furanchos. Y debe de ser que se recrearon en la cata del loureiro, que aquí se llama espadeiro, porque, según casi todas las versiones, al cabo de las horas, cuando volvieron a Vilariño el gato pelón estaba de vuelta. No obstante, María, la única protagonista viva de esta historia, asegura que "el animal tardó ocho días" en regresar. Entonces, en una nueva encerrona doméstica, Artista cayó de nuevo en el saco. Y al fin, según la canción de Manuel da Ponte (gran compositor de éxitos populares que ahora versionan grupos como Quempallou y A Tuna Rastafari), el gato terminó en la misma playa hecho "un bañista".
Los fans de Da Ponte, que en Galicia, y sobre todo en la ría de Vigo, no son pocos, aseguran que él era uno de los amigos convocados por O Pequeno para alejar de Vilariño al gato. Luego, no se sabe si porque llegó tarde o porque sus amigos se presentaron muy temprano, quedó atrás, y esa tarde, en la taberna, compuso la letra y la música para devolverles la jugarreta. A la vuelta, dice la leyenda, los cuatro fueron recibidos con la canción por los de la tasca.
Hay quien dice que los amigos esperaron a ver cómo se hundía la bolsa en el mar para asegurarse de que el felino emprendía una singladura sin retorno, pero María niega de principio a fin esta segunda excursión. Según la esposa de O Pequeno, ella misma y su marido se encargaron de deshacerse del gato, sin intervención de terceros aficionados al blanco de O Morrazo. "Cogimos al gato, lo metimos en una alforja del burro y pusimos una piedra en la otra para compensar el peso", detalla, "luego, nos fuimos con el perro hasta Limens y allí lo soltamos". El can, al ver al gato, se puso a ladrarle, y éste escapó. "Trepó por un pino arriba y allí se quedó". Al fin, no se volvió a tener noticia de Artista.