Andanzas por Europa parte I
Me he decidido a hacer una pequeña narración de los hechos acaecidos mas allá de nuestras fronteras ahora que ya dispongo de material gráfico para acompañar dicha narración. Comenzaremos con la parte más interesante de todas, que curiosamente se produjo antes de comenzar el viaje...
No me costó mucho decidir que la opción más acertada cuando coges un vuelo un Domingo a las 7 de la mañana es ir de reenganche. Pero esta decisión a todas luces obvia conllevaba ciertos problemas logísticos (equipaje, subir al aeropuerto, ...) Finalmente opté por salir con la maleta, con los riesgos que ello implica de dejarte algo en casa y tener que volver, o de que le pase algo a la maleta. También quedé con Luis y Marifé en que me recogerían en la Plaza de España a las 5 de la madrugada.
Feliz con mi decisión, comenzé a hacer la maleta cuidadosamente (hasta tenía una lista de lo que tenía que llevar) mientras luchaba con la resaca y con el cansancio creciente derivado de una gran moña el viernes. Cuando me aseguré de que no faltaba nada me dirigí hacia Escalera donde había quedado con Alex, con Iker y con Jako, perseguido por las voces de mi madre que repetían: "¡Pero a donde vas con eso, tu no estás bien!".
Una vez en Escalera el cansancio se apoderaba de mí, y comenzé a dudar de mi decisión mientras consumía bebidas sin alcohol y con cafeína, a ver si me espabilaba. Carretar con la maleta se hacía una carga mucho más pesada de lo que había imaginado en un principio. Debían ser las 3 cuando me puse a repasar mentalmente todo lo que llevaba, por si se daba el caso de que me hubiera olvidado algo, aún estaría a tiempo de volver a casa a cogerlo. En ese momento caí "¡Mierda, me olvide la manzanilla, a ver donde consigo manzanillas por Europa!". Mientras lamentaba esta pérdida, empezó a sonar el teléfono, cual sería mi sorpresa al comprobar que era mi madre. "Fijo que es por la manzanilla", pensé, mientras cogía el telefono. Pues no era por la manzanilla. Cuando conseguí que dejara de insultarme, escuché esta frase: "Imbécil, tu te crees que se puede viajar por Europa sin billetes". Resulta que se levantó para ir al baño, y por el camino vió mis billetes de embarque. Inmediatamente le colgué el teléfono en medio de otra ondanada de insultos, y comenzé a urdir un plan de emergencia. Estaba demasiado cansado, todas las opciones eran malas. El primer paso estaba a claro, tenía que volver a casa a por los billetes, no me quedaba otra. Pero por otro lado, ya había quedado en plaza de España, y la perspectiva de carretar otra vez con la maleta hasta mi casa, y después subir con ella hasta plaza de España hacía que me temblaran las piernas. Al final trazé el siguiente plan: "Les dejo la maleta a estos, malo será que le pase nada, y voy andando a por los billetes, después me acerco en taxi hasta churruca, recupero mi maleto, tomo algo hasta las 5 menos cuarto, y subo hasta plaza de España".
Tras encomendarles mi maleta, cumplí a rajatabla mi plan, y me presenté en taxi en el Tricheira. Allí me vi sorprendido por el cachondeo general hacia mi persona, que achaqué al hecho de olvidarme los billetes, pero el cachondeo iba mas alla...Resulta que de las 3 personas presentes en Ecalera, tuvo q ser precisamente Iker el que se encargara de portar mi equipaje, con consecuencias letales. Con sus vastos conocimientos de locomoción, interpretó que si una maleta tiene ruedas, éstas deben ir hacia arriba mientras se arrastra la maleta, para disminuir el rozamiento de el aire, así que fue arrastrando mi maleta desde Escalera hasta el Trincheira por el lado que no tiene ruedas, y por el camino, lógicamente se enganchó un regalito.
Despues de contarme todo esto entre carcajadas, miré la maleta, y observé una protuberancia de color marron en su base, que al acercar la vista se mostró como un tremendo y asqueroso tordo completamente chafado, quue ni siquiera se había dignado a limpiar.
Tras unas birras en el Trincheira y en el Churruca20, subí a la plaza de España, donde me recogieron, y finalmente llegamos al aeropuerto. Curiosamente cuando saqué la maleta del coche del padre de Marifé, el zurullo había desaparecido, dejando una sutil mancha marron como prueba de la fechoría. Nunca más me volví a preguntar por el, porque sospecho donde se quedó...
Y en el aeropuesrto, poco que contar, nada interesante sucedió hasta que subimos al avión que nos llevaba a Madrid...
Mientras buscaba mi asiento en el vuelo, comprobé mi paletismo pueblerino en temas de aviones. Mi billete estaba lleno de números, y era bastante complicado de interpretar. Avergonzado por la situación, intenté encontrar mi sitio yo solito, e interpreté un 3 como fila 3 , así que encontré la fila 3, me senté en mi asiento, y me dispuse a dormir hasta Madrid. Pero una azafata se propuso que esto no ocurriera. Constantemente, armada con una sonrisa de oreja a oreja, me inoportunaba con todo tipo de amabilidades, "¿Quiere usted tomar algo?, ¿Esta usted cómodo?, ¿Le cuelgo el abrigo?, ¿Le presto una almohada para que duerma más cómodo?" tras denegar todos sus ofrecimientos, me percaté de que toda esta amabilidad estaba dirigida exclusivamente a mi persona, y que además me encontraba rodeado de asientos vacíos en la parte de alante del avión, mientras el resto del pasaje estaba hacinado a partir de 3 asientos por detrás del mío. Lo que ocurría no era que la hubiera conquistado con mi atractivo y simpatía, simplemente me había equivocado de asiento, y había hecho el viaje en clase business.
Sin tiempo para dormir llegamos a Madrid, y nos dispusimos a encontrar nuestra puerta de embarque. Yo a esas alturas me arrastraba víctima de un agotamiento mortal junto con mi maleta hedionda por Barajas, reptando por pasillos interminables en busca de la dichosa puerta, y de un lugar donde me permitieran echar un cigarro. Lo primero en aparecer fue lo segundo:
Aquí podeis ver los cubículos destinados a los fumadores en Barajas. Pero esta no fue la única degradación a la que me ví sometido como fumador en el viaje.
Tras el pitillazo rejuvenezedor, saqué fuerzas de flaqueza para caminar la más de media hora que separaba nuestro punto de partida de la ansiada puerta, y cuando por fín llegamos derrotados, sucedió un clásico: habían cambiado la puerta de embarque, estábamos en una esquina de la terminal, y teníamos que volver por donde habíamos venido. No pude sobreponerme a esta desoladora noticia, mandé todo a la mierda, y opte por lo siguiente:
Marifé y Luis me dieron un poco la brasa para que durmiera delante de la puerta de embarque, pero yo ya estaba derrotado, no les hice caso, y me quedé alli. Cuando desperté gracias a un jaleo infernal por la megafonía, el tiempo apremiaba. Cogí otra vez mis bártulos, y me dispuse a encontrar la nueva puerta de embarque. Allí encontré a estos 2 acompañados de Cuevas, al que algunos conocereis por ser amigo de Saul, que se dirigía también a Praga. Ya os contaré sus andanzas cuando llegue el momento.
Ya en el avión comprové que mis prerrogativas del anterior vuelo no iban a ser posibles, así que asumí mezclarme entre el populacho, y me quedé dormido mientras miraba lo que yo pensaba que era la sierra de Madrid, y que resulta que ya eran los Pirineos (¡que rápido van los aviones!, no deja de sorprenderme).
Interrumpo la narración tras cruzar la linea imaginaria en la que la gente comienza a emplear idiomas ininteligibles, dejo lo sucedido allende nuestras fronteras para posteriores capitulos. Igual me he extendido demasiado en la narración de hechos por otra parte insubstanciales, aun así espero que disfruteis de su lectura.
6 comentarios:
interesante primera parte
disfrutamos, Martínez, disfrutamos...
siga usted, por favor!!
La foto del pitillazo achuchado en la smoking room es taaaaaan postmoderna!!
Simpática narración!!!
Como aludido debo puntualizar un par de cousas: Non arrastrei a maleta ata A Trinche senon ata o portal de fumar porros de Simón Bolívar e o zurullo foi limpado ( palpamento verificador incluído) pero nestes casos sempre queda un resto
NO HAGAS CASO iKER, ES TODO UNA CONSPIRACIÓN DEL CORTE INGLES. gRAN POST MARTI, ESPERO IMPACIENTE LA CONTINUACIÓN
Empieza bien Martinez...pero estoy deseando que llegue la entrega de Budapest para ver que clase de excusas pones por no salir o como maquillas la realidad a tu antojo...jeje
Estaré esperando el resto de entregas
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