lunes, septiembre 17, 2007

COUSINHAS DA REDE

Los abajo firmantes solicitamos que:

Habiéndose reducido el tamaño del cerebro en estos últimos años; manifestamos que la obsolescencia del craneo es un hecho, y que la cabeza debe ser reducida. Además, creemos que las cabezas reducidas no deben ser solo un derecho exclusivo de los militares, religiosos, gobernantes de toda ídole y burócratas de corporaciones multinacionales, sino del propio pueblo. Por eso exigimos la miniaturización de la cabeza. Es un derecho.


¡Como matar a tu casero!

Matar al casero no está bien. Es un ser humano sensible que llorará pidiendo clemencia por su vida cuando esté maniatado. Sabe que cuando muera dejará de cobrar los 900 euros de renta que le corresponden por ser propietario.

No, no queremos quitar la vida a tu casero. El necesita tu dinero. De hecho todo el mundo necesita tu dinero. Ellos no te han matado todavía porque quieren tu pasta. Pero el dia que ya no puedas pagar más y se te comiencen a caer los dientes, todos los que quieren tu dinero estarán de acuerdo en lo siguiente: debes desaparecer de su vista. Los feos enturbian el paisaje.

1 comentario:

J. ARCE dijo...

Te olvidas de mencionar como detentores del derecho (e incluso diría deber)de tener el cráneo reducido a la gran cantidad-que yo cifraría en el 50%-de funcionarios inútiles que nos están robando el dinero que hay en este pais. Es por ello que pido el derecho de enviar a esos funcionarios a la puta calle antes de que se me caliente la cabeza y pida su fusilamiento para ver si el 50% que queda se pone las pilas de una puta vez. Estoy hasta los cojones de que esa pandilla de trincones nos roben. Y junto a ellos mandaría a tomar por culo a toda la mierda que hay subvencionada, empezando por el puto cine español que no vale ni para tomar por culo y acabando por la agricultura, que con sus subvenciones evita que los productos más baratos que se producen en África entren en nuestro pais, causando la pobreza de los negritos que luego nos dan tanta pena cuando vienen en las pateras forzados a hacerlo por esa política de subvención que los condena a la muerte. UFF, ¡vaya calentón!