jueves, diciembre 29, 2005

Diario del cultureta

Aunque muchos piensen lo contrario, no es fácil la vida del cultureta: visitar exposiciones, ojear todas las publicaciones y estar al tanto de las novedades de cada región, leer libros, explorar nuevos conceptos… En fin, un montonazo de vicisitudes que convierten a esta dedicación en una dura tarea diaria.
Hoy he visitado el Museo MARCO, como trato de hacer siempre que visito la ciudad. Creo que no es justo valorar las actitudes de los vigueses o lanzar cualquier generalidad sobre Vigo cuando uno no está viviendo todo el año en ella, pero al asistir a los diferentes espacios culturales que tiene Vigo y observar la afluencia de público y la relación que los ciudadanos tienen con ellos siempre termina surgiéndome la misma duda. ¿Está apostando Vigo por un concepto de ciudad que pasa de una absoluta relación con la industria a otra que apuesta por una ciudad orientada a la cultura con el reclamo a visitantes más sensibles a estas tendencias? No lo sé, por lo que me dice la experiencia, supongo que no.
Pero lo cierto es que creo que va tocando un cambio, y éste ya podría ser una realidad potenciando lo que hay y apostando por algunos elementos arquitectónicos más innovadores por zonas como la de Beiramar que sirvan como elementos visuales impactantes de cara al turista, como referencias de la idea de ciudad y como espacio dinamizador. En este sentido decir que el MARCO es, desde mi opinión, uno de los mejores museos del Estado, destacando por la gran calidad de sus exposiciones, basadas en un concepto muy claro y acertado, y por el magnífico edificio en el que decidió ubicarse, un ejemplo viviente del panóptico de Bantham. En este sentido también es muy potente el edificio del Museo do Mar, un proyecto de Aldo Rossi que siguió Cesar Portela. Si no me equivoco, la obra, fue premio nacional de arquitenctura y portada de varias revistas especializadas. Pero el problema es que pocos son los que lo conocen (es el de las fotos de Concepto), las exposiciones son demasiado intermitentes e indefinidas, no tiene página web, los anexos comprimen tanto el perímetro de la finca que provocan, que el edificio sólo pueda ser contemplado, con una cierta perspectiva, desde dos playas de Alcabre muy poco atractivas.
Pero, desde luego, estos dos ejemplos son indicadores de la posibilidad real que existe de apostar por este tipo de ideas. Al no realizarse una política estratégica de conjunto se conseguirá tan sólo, que espacios como estos queden aislados, tanto de los ciudadanos como de los visitantes.

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